por Gonzalo Restrepo Sánchez
Este film colombiano es una comedia negra muy entretenida, que intenta resolver a medio camino entre el thriller, un asesinato a través de los ojos de un policía llamado Toribio (Andrés Parra, el actor colombiano de moda).
Con personajes muy bien definidos y muy distintos: asesinos, atracadores y policías, quienes aportan diversidad al film, en cierta media me remite a “Ladykillers”, de los hermanos Coen. ¡Sí! Y no es no una lisonja desmedida, es que el humor de esta paradójica fábula en apariencia, tropieza en sus escenarios, los personajes y el diálogo, los cuales convergen para hacer un tono específico y una representación (en este caso) de la realidad colombiana.
Con algún que otro problema en el guión, el film entretiene lo justo. Más de una risotada le sacará de su garganta, y, si bien no tan frívolamente señala algunas desagradables realidades sociales y si bien nos hace tomar conciencia de ello a través de algunos “gags", el cineasta colombiano Alessandro Angulo, arranca con pié derecho en esta propuesta, y (pienso), le deberá ir bien en la taquilla.
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