El actor argentino Jorge Barreiro, protagonista de decenas de películas, tiras televisivas y uno de los galanes de los años 60, murió ayer a los 79 años. El protagonista de 39 filmes cinematográficos padecía desde hacía varios años un problema cardíaco, que se agudizó ayer mientras estaba en su casa. Los paramédicos nada pudieron hacer por salvarlo cuando llegaron a su domicilio.
Barreiro nació el 14 de marzo de 1930 en Parque Chacabuco, Buenos Aires. Luego de obtener el título de Perito Mercantil estudió dos años Ciencias Económicas y abandonó, ya que nunca le gustó estudiar, según comentaba él mismo. En esos momentos ya sentía cierto gusto especial por el teatro, pero (para sorpresa para los tucumanos) trabajaba en nuestra provincia y en Buenos Aires, en la industria azucarera.
Su debut como actor fue en el teatro Caminito, en la obra “Las de barranco”. Barreiro era actor suplente, por lo que debía conocer bien todos los papeles. Hasta que un día se enfermó un protagonista y tuvo que reemplazarlo. Nunca más volvió a ser suplente. En una de esas presentaciones pudo verlo un director de cine norteamericano, Dick Ross, y le tomó una prueba.
El golpe de suerte siguió con el rodaje de la película “Lucía” dirigida por Ross y filmada en Argentina en 1963, en la que compartió elenco con Fernanda Mistral y Zelmar Gueñol. Eso lo puso en contacto con el gran público mientras seguía haciendo obras de teatro como “Don Gil de las calzas verdes”, “Espíritu travieso” y “La luz ajena”.
Con un nombre y un prestigio cada vez más firmes, a Barreiro le llegó la hora de la pantalla chica, lo que marcó a fuego su vida. “La experiencia televisiva me trastocó totalmente. Yo no tenía ni el talento ni la experiencia necesarios para aguantar el aluvión, para evitar que me trague la máquina”, declaró en 1972 a la revista “Gente”. “Yo siento con mucha intensidad la soledad. Creo que en el fondo no hay verdadero amor. En esta época la gente comparte soledades: es lo más que puede hacer. Nadie salva a nadie”, señaló en esa entrevista. En los últimos años su presencia era frecuente en los estrenos teatrales, donde solía acudir en compañía de grandes amigas como la locutora Edith Boado, Libertad Leblanc, Diana Ingro y otras.
(Fuente: www.lagaceta.com.ar)
Barreiro nació el 14 de marzo de 1930 en Parque Chacabuco, Buenos Aires. Luego de obtener el título de Perito Mercantil estudió dos años Ciencias Económicas y abandonó, ya que nunca le gustó estudiar, según comentaba él mismo. En esos momentos ya sentía cierto gusto especial por el teatro, pero (para sorpresa para los tucumanos) trabajaba en nuestra provincia y en Buenos Aires, en la industria azucarera.
Su debut como actor fue en el teatro Caminito, en la obra “Las de barranco”. Barreiro era actor suplente, por lo que debía conocer bien todos los papeles. Hasta que un día se enfermó un protagonista y tuvo que reemplazarlo. Nunca más volvió a ser suplente. En una de esas presentaciones pudo verlo un director de cine norteamericano, Dick Ross, y le tomó una prueba.
El golpe de suerte siguió con el rodaje de la película “Lucía” dirigida por Ross y filmada en Argentina en 1963, en la que compartió elenco con Fernanda Mistral y Zelmar Gueñol. Eso lo puso en contacto con el gran público mientras seguía haciendo obras de teatro como “Don Gil de las calzas verdes”, “Espíritu travieso” y “La luz ajena”.
Con un nombre y un prestigio cada vez más firmes, a Barreiro le llegó la hora de la pantalla chica, lo que marcó a fuego su vida. “La experiencia televisiva me trastocó totalmente. Yo no tenía ni el talento ni la experiencia necesarios para aguantar el aluvión, para evitar que me trague la máquina”, declaró en 1972 a la revista “Gente”. “Yo siento con mucha intensidad la soledad. Creo que en el fondo no hay verdadero amor. En esta época la gente comparte soledades: es lo más que puede hacer. Nadie salva a nadie”, señaló en esa entrevista. En los últimos años su presencia era frecuente en los estrenos teatrales, donde solía acudir en compañía de grandes amigas como la locutora Edith Boado, Libertad Leblanc, Diana Ingro y otras.
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