domingo, 4 de octubre de 2009

El argentino Andrés Andreani estrena "Novak"

Andrés Andreani estaba convencido que sólo se podía hacer cine si se tenía mucho dinero y mucho conocimiento. Pero cuando vio “Dumbo 4”, de Rocío Fernándes, que tiene como protagonistas a una tarjeta y un muñequito de plástico, todo cambió. A partir de allí creció el deseo de lanzarse a hacer una película con lo que se tuviera a mano: una idea, actores, un escenario, una cámara. El resultado es “Novak”, cinta que desde este 2 de octubre se exhibirá todos los viernes a las 21:30 en la sala de cine de El Camarín de las Musas de Ciudad de Buenos Aires.

Novak” es el peregrinar de tres personajes en ese evento multitudinario e inabarcable que es el Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente, más conocido como Bafici. Todo comienza cuando a Lucía (Mariela Centurión) se le encomienda convertirse en un ángel, tal como se denomina a los encargados de acompañar a los invitados extranjeros de un festival. En el camino de dar con el director húngaro que debe guardar, se encuentra con otro ángel, Pablo (Andrés Rasdolsky), quien deambula por el Bafici ante la imposibilidad de cumplir su misión, ya que su director –otro húngaro, Béla Tarr- canceló su viaje al festival. Finalmente, Lucía encuentra a Laszlo Novak (Martín Aletta), realizador que ha llegado para presentar su película, pero ésta no aparece en el catálogo y los organizadores desconocen su existencia. Así se conforma una comunión entre tres seres excluidos, que infructuosamente intentan formar parte de un evento que los ignora.

“Nunca fue la idea hacer una crítica”, aclara Andreani como para refutar la opinión de la mayoría, que considera a esta ópera prima del joven de 24 años, autodidacta, cinéfilo y de formación teatral, una mirada crítica sobre ese masivo evento cinematográfico caratulado de snob. “El Bafici para mí es la festividad del año. Para mí esas dos semanas tienen un espíritu propio, como si fuese una festividad. Para mí es la época más linda del año”, explica el realizador, apuntalando la confesión con una anécdota que es también génesis de la película: “Pasó que habíamos sacado un montón de entradas y perdimos esas entradas. Estábamos con la bronca de haber perdido las entradas y las ganas de hacer nuestra propia película. Y surgió la idea de hacer la película ahí, y mientras tanto ver a qué películas nos podíamos colar”.

Con la actitud “de ir a por lo que queríamos”, juntó a tres actores y se lanzó por los diferentes espacios del Bafici para dar lugar a una historia que constantemente juega con los límites de la ficción y el documental, provocando la interacción de los personajes de ficción con los personajes reales del contexto elegido, cuyas intervenciones serán celebradas especialmente por los asiduos al festival, que sabrán reconocer situaciones y rostros.

A partir de la idea de Aletta de armar una trama sobre “un director de cine húngaro perdido en un festival de cine”, se ideó la dinámica de trabajo, que contemplaba un alto grado de improvisación y adaptación: “El guión era más que nada pautar escenas, y estábamos abiertos a que podría aparecer algo que cambiara el rumbo. Estábamos abiertos a esa posibilidad. La película está llena de casualidades, de cuestiones como mágicas que nos sobrepasaron y las captamos. Fue siempre estar dispuestos a absorber todo lo que pudiéramos del contexto real donde nos ubicábamos. Los elementos con los que contábamos eran yo con la cámara y los tres actores. No teníamos micrófonos, no teníamos productor, no teníamos nada. Y todo lo demás lo construíamos a partir del mundo real, de todo lo que estaba a disposición nuestra y pudiéramos utilizar”.

Por su forma de realización y el tema que aborda –y del modo que lo hace-, “Novak” rápidamente ha sido comparada con “Upa-Una película argentina”, la cual ironizaba con eso que se ha dado en llamar Nuevo Cine Argentino. Ante la pregunta de si la película es una suerte de prima hermana de aquella, Andreani responde: “Yo creo que los chicos de “Upa” buscaban algo de la crítica hacia el mundo del cine. Eso estaba pautado desde el principio. Lo nuestro fue menos intencional, creo. Nosotros no habíamos visto “UPA” cuando la filmamos. La vimos recién cuando estábamos haciendo montaje. La vimos asustadísimos porque pensamos que estábamos haciendo una película que ya se hizo. Pero después nos tranquilizamos porque nos pareció que no era lo mismo. Pero sí hay puntos en común”.

Realizada con una cámara MiniDV, sin micrófonos –lo cual forzó al subtitulado de la película- y de forma absolutamente independiente, “Novak” demuestra que una buena idea puede vencer cualquier limitación técnica. Andreani no sólo cree firmemente en ello, sino que lo pone en práctica: “Yo pienso que cualquier idea es buena, la cuestión es ver cómo la llevás a cabo. Martín tenía esta idea de un director de cine húngaro perdido en un festival de cine. Y una vez que se tomó la decisión de hacer la película, fuimos descubriendo y viendo cómo realizarla”.

(Fuente: www.noticine.com)

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