En contra de todo lo que se diga y escriba, me pareció este film (rodado muy aprisa) de Pedro Peirano y Sebastián Silva, bastante flojo, a pesar de su tema y de las destacadas actuaciones. Faltó ese algo que todo film debe poseer: un gramo de poesía. Un drama protagonizado por Bélgica Castro, Claudia Celedón, Catalina Saavedra y Alejandro Sieveking, quienes no obstante, se congratulan para regalarnos diálogos cortantes.
La tragedia de hacerse mayor, el alzheimer y con la soledad que provoca el alejamiento de aquellos a quienes más se quiere, concluye en la certeza de que nadie está preparado para afrontar ese ciclo vital. El término “viejo” hasta se nos antoja indebido cuando se trata de aplicárselo a seres humanos, a nuestros seres queridos, a nuestros padres.
La tragedia de hacerse mayor, el alzheimer y con la soledad que provoca el alejamiento de aquellos a quienes más se quiere, concluye en la certeza de que nadie está preparado para afrontar ese ciclo vital. El término “viejo” hasta se nos antoja indebido cuando se trata de aplicárselo a seres humanos, a nuestros seres queridos, a nuestros padres.
Es inapropiado hasta en su supuesta acepción más cariñosa, si la hubiere, porque nada se hace viejo en el alma y, mucho menos, en el sentimiento que esos, nuestros mayores adultos, saben conservar hasta el final.
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