sábado, 7 de mayo de 2011

Crónica del Festival de Cine de Autor de Barcelona 2011 - Día 8


Ayer vivimos una nueva jornada del Festival, con dos películas vistas. John y yo coincidimos para ver la de Meek’s Cutoff, mientras que ví solo la de Outrage, ya que él la había visto en Sitges el año pasado. Remarcar que el comentario de Meek’s Cutoff es de John y el de Outrage es mio.

Empezamos la doble sesión viendo la película estadounidense Meek’s Cutoff, dirigida por Kelly Reichardt y protagonizada por actores del calibre de Michelle Williams, Bruce Greenwood, Paul Dano o Will Patton.



La acción se sitúa en el año 1845, cuando el camino de Oregón empezaba a ser recorrido por miles de estadounidenses que buscaban establecerse en el Lejano Oeste. Una caravana formada por tres familias decide contratar al montañero Stephen Meek para que les guíe a través del abrupto paisaje. Confiando en su experiencia, Meek decide salirse del camino e ir por un atajo que dice conocer perfectamente, pero terminan perdiéndose en mitad del desierto. El hambre, la sed y la desconfianza hacia los compañeros de viaje hacen que las tres familias se pongan cada vez más nerviosas, sobre todo cuando un indio errante aparece y se acerca a la caravana.

Una aproximación diferente al cine del oeste, desde la perspectiva femenina, así se ha vendido la nueva película de Kelly Reichardt. Pero a la hora de la verdad esa diferencia es más bien un reclamo para intentar vender la película como innovadora o rompe esquemas, ya que ni la narración ni la ambientación son algo nuevo. Desde luego al fin y al cabo esa es la sensación que me deja, ya que si bien la puesta en escena es más que correcta, la directora se recrea en alargar escenas hasta el límite, uno de los grandes fallos de este tipo de cine, recrear los detalles al milímetro hasta en las escenas más superfluas, y eso que sabe poner la cámara, pero no cortar. Lo positivo de la película, además de lo ya comentado, son esos parajes desolados y de una gran belleza o las actuaciones, comedidas y correctas en su conjunto, con quizás un tirón de orejas a Paul Dano, un actor sobrevalorado que ya me resultó flojo en Pozos de ambición, otra fallida, para mi, aproximación al mundo del lejano oeste desde una perspectiva autoral.


La segunda y última película del día fue Outrage, la vuelta al cine yakuza del gran Takeshi Kitano.



El film cuenta la historia de varios clanes mafiosos que se disputan el poder en el mundo de los Yakuza, argumento que sirve al autor para crear nuevas maneras de reflexionar sobre la violencia y representarla. En el film, Otomo es un Yakuza que lleva muchos años en la profesión y ha visto la ascensión de muchos rivales, desde los inicios marcados por la violencia callejera, los tatoos y la ostentación al control de las finanzas y la influencia de carácter político. Sin embargo, a la par que va escalando hacia la cima, el reguero de cadáveres y amputaciones crece de forma exponencial.

La vuelta de Kitano al cine yakuza se salda con buena nota. Entretenida, disparatada en algunos momentos, radical, con buenas dosis de violencia y todo ello rodado con la personalidad propia del cine de Takeshi. Quizás solo le veo un lunar, y es que toda la parte final la historia deja de importar y solo se basa en matar y matar, casi un plan videojuego. La verdad es que el guión no sería lo más trabajado de la película, pero eso importa poco cuando lo que busca Kitano es hacer una película más radical y vibrante, y realmente lo consigue. Muy recomendable y esperemos que algún día la película pueda llegar a nuestra cartelera.

Si queréis leer una crítica mucho mas detallada (y entusiasta) de Outrage, pasaros por nuestro otro blog, Asia Cine, y de la mano de John podréis disfrutar de una buena crítica.

Y eso es todo lo que vimos ayer. Hoy me espera Guy Maddin y la tercer película latina del Festival, la chilena Post Mortem. Nos leemos!!!

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