La película cuenta el viaje que realiza Ignacio Carrillo, un juglar retirado con el propósito de devolverle el acordeón a su legítimo dueño, el maestro Guerra, quién vive ahora más allá del Desierto de la Guajira. En este viaje se le unirá el joven Fermín, con el sueño de llegar a ser músico como él, y por el camino encontrarán aventuras y también problemas.
Los viajes del viento es, en la forma, una película completamente alejada de la ópera prima de Ciro Guerra, La sombra del caminante. Aquella era una producción pequeña, en blanco y negro, con presupuesto limitado y ésta es una obra mucho más compleja en el aspecto técnico con un presupuesto más holgado. Todo ello se nota puesto qué en la película que nos ocupa la fotografía es un elemento fundamental para captar de manera precisa la belleza de los parajes colombianos a los qué marchan ambos personajes. Si bien en la forma difieren, en el fondo comparten algo, hay dos personajes protagonistas y realizan una búsqueda de si mismos, aunque bien es cierto que hay más diferencias en ese apartado también.
Es una película bien compensada en su vertiente dramática como en su (menor) vertiente cómica, con un dibujo bastante exhaustivo de los personajes y momentos para la antología, amén de lo ya expuesto sobre la gran belleza de la zona. En cuanto a los momentos para la antología podríamos destacar el encuentro con el hermano de Ignacio o la competición de juglares con un final intenso, así como la decadencia del artista en ese concierto fallido.
El principal problema que le acabé viendo a la película es un exceso en intentar alargar la parte final en la qué el hecho de querer mostrar los diferentes grupos étnicos acaba volviendo la película algo repetitiva y el final, que debería ser más emotivo, acaba siendo algo plano. Pero pese a estos pequeños inconvenientes, ya digo, en la parte final, la película es un fresco interesante y una buena piedra de toque para calibrar el talento de Ciro Guerra en el cine de un presupuesto más alto. Estaremos al tanto de los futuros proyectos del cineasta puesto que su carrera ha de ser seguida con interés y convierte al director en una esperanza para continuar con el (buen) futuro cinematográfico de Colombia.
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