El conflicto colombiano desde una óptica diferente, así es La pasión de Gabriel, una película que no rehuye la crítica social contra todos los estamentos, desde la guerrila, el ejército, la burocracia o la Iglesia. Eso sin olvidar al propio pueblo, algunos de ellos causantes de calumnias contra otros ciudadanos.
Gabriel (Andrés Parra) es un sacerdote de un pequeño pueblo que tiene que lidiar con amenazas, intentar evitar que los jóvenes del pueblo sean captados por la guerrilla y al mismo tiempo mantiene una relación en secreto con la joven Silvia (María Cecilia Sánchez). Pero las buenas intenciones del padre Gabriel no serán bien vistas por la guerrilla poniéndolo en el punto de mira en varias ocasiones.
Luis Alberto Restrepo pone en imágenes ésta historia no de pasión, sino de pasiones, las pasiones de Gabriel hacia su comunidad, hacia sus jovenes, hacia el amor que siente por Silvia pero que no puede expresar en público por sus votos, votos a los que no puede (quiere renunciar). Articulada desde el drama y la denuncia, la película da la voz sobre las zonas olvidadas del país, lejos de la modernidad y comodidad de las capitales, en un entorno rural dominado por intereses de uno y otro lado y en los qué las personas son peones de juegos en manos de unos u otros, sean burócratas negligentes como ese alcalde, guerrilleros con retórica acabada o militares con exceso de celo. Si algo deja claro la película es qué debiera haber muchos padres Gabriel para que las cosas mejoraran. Y ya no desde la iglesia sino desde una óptica humana.
Luis Alberto Restrepo pone en imágenes ésta historia no de pasión, sino de pasiones, las pasiones de Gabriel hacia su comunidad, hacia sus jovenes, hacia el amor que siente por Silvia pero que no puede expresar en público por sus votos, votos a los que no puede (quiere renunciar). Articulada desde el drama y la denuncia, la película da la voz sobre las zonas olvidadas del país, lejos de la modernidad y comodidad de las capitales, en un entorno rural dominado por intereses de uno y otro lado y en los qué las personas son peones de juegos en manos de unos u otros, sean burócratas negligentes como ese alcalde, guerrilleros con retórica acabada o militares con exceso de celo. Si algo deja claro la película es qué debiera haber muchos padres Gabriel para que las cosas mejoraran. Y ya no desde la iglesia sino desde una óptica humana.
Una película interesante y bien interpretada, pero a la qué si hubiera que ponerle algún pero sería en su tramo final, quizás muy previsible, si bien realista.
En la proyección estuvo el guionista y actor de la película Diego Vásquez al qué le hicimos éstas fotos:
En la proyección estuvo el guionista y actor de la película Diego Vásquez al qué le hicimos éstas fotos:
Fotos: Cine Latino
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