martes, 12 de octubre de 2010

Crónica del Festival de Cine Fantástico de Sitges 2010 - Día 6

Ya hemos rebasado el ecuador del Festival y tan sólo quedan 4 días para acabar (5 si se tiene el cuenta el último día de maratones), y además hoy ha sido un día prolífico ya que he visto 4 películas. La primera vez que sucede en esta edición nada menos y tres de ellas japonesas. Las cuatro en cuestión han sido Zebraman: Attack on Zebra City, The Shock Labyrinth: Extreme, Black Death y Outrage.



He llegado a Sitges justo para entrar a ver la secuela del Zebraman de Takashi Miike que se proyectó en Sitges hace ya seis años, en una de las dos ediciones que se celebraron en diciembre. Esta segunda parte no me ha llegado como si pasó con la primera, la sucesión de gags no es suficiente para aguantar una película así. De hecho se me ha llegado a hacer aburrida en su tramo final.

Para ver una reseña más completa de Zebraman: Attack on Zebra City, clickad aquí.



Una vez terminada la proyección me he dirigido a desayunar y después camino del Auditori para seguir con el tour. Próxima parada: The Shock Labyrinth: Extreme, la nueva película del creador de la saga Ju-on/The Grudge, y esta vez en 3D, primera vez para mi en este formato en el Festival. Pues bien, la nueva obra de Shimizu es muy floja, parece un episodio de la típica serie de antologías de terror alargado hasta aburrir. Quizás el mayor aliciente ha sido ver a Yûya Yagira, el protagonista de Nadie sabe, ya convertido en adulto.

Para ver una reseña más completa de The Shock Labyrinth: Extreme, clickad aquí.

Foto: Cine Latino/Cine Asiático

Parecía que el día pintaba flojo, así qué me pensé el entrar o no al pase de Black Death, película británico-alemana, dirigida por Christopher Smith y protagonizada por Sean Bean, bien conocido por la saga de El Señor de los Anillos, entre otras muchas películas. Aquí de nuevo, por cierto, con look a lo Boromir. Pero antes del comienzo de la película, por cierto con retraso como casi todo hoy, han pasado el corto canadiense File Under Miscellaneous, soporífero y silbado por gran parte del público.



Al acabar el corto ya ha comenzado Black Death, película ambientada en la Edad Media y protagonizada por un novicio y un grupo de mercenarios cristianos en la búsqueda de un pueblo al que no ha llegado la peste ya que sospechan de que ese poblado esté habitado por nigromantes. Osmund (Eddie Redmayne) es un joven novicio enamorado de Averill (Kimberley Nixon) en una Inglaterra asolada por la Peste Negra lo que provoca que ella vuelva a su tierra natal esperando qué él también vuelva. Poco más tarde, un grupo capitaneado por Ulric (Sean Bean) enviado por el Obispo exige que un monje les guíe por el bosque a buscar el poblado, a lo qué Osmund se ofrece voluntario. Tras un viaje con algún peligro llegan al poblado dirigido por Langiva (Carice Van Houten) y son bien recibidos al principio, pero se darán cuenta de qué los habitantes no son nada inofensivos.

Lo principal que se observa en Black Death es qué no hay buenos ni malos absolutos,ni blancos ni negros, depende de las circunstancias de cada uno. Por ejemplo, el grupo de Ulric es un grupo de fundamentalistas cristianos, los habitantes del pueblo no tienen reparos en sacrificar a la gente (si bien es cierto que a ellos es los que vienen a atacar, después no tienen piedad ni remordimientos) y Osmund es un muchacho oscilante en toda la película hasta acabar convirtiéndose en un ser sin corazón. Black Death es una más que interesante película de una época turbulenta que no está exenta de la crueldad y la sinrazón que se vivió en aquella época con pensamientos tan extremistas de pensar que la Peste Negra era un castigo de Dios.



Y después de nuevo a la cola para ver una de las películas del Festival, Outrage, el regreso de Takeshi Kitano al cine de yakuzas. Un regreso a mi parecer por la puerta grande y que se ha llevado una gran ovación por parte del público asistente.

En esta película Kitano interpreta a Otomo, jefe de un clan y miembro de una familia más grande que se encarga de lavar los trapos sucios. Pero lo que empieza como una pequeña disputa acaba convirtiéndose en un auténtico baño de sangre del qué no saldrá (casi) nadie con vida. Y eso que Kitano quiere hacer una secuela, pero no le quedan muchos personajes.

Para ver una reseña más completa de Outrage, clickad aquí.

Y eso ha sido todo por hoy, un día por cierto pasado por agua en Sitges. Pero ante eso la mejor solución, sin duda, es meterse a ver unas cuantas películas, y si son buenas, mejor.

No hay comentarios: