Cuarenta y dos días después de anunciarse que no habría Festival de Cine de Cali, por lo menos este año, por falta de recursos en el Municipio, ahora se dijo que sí habrá, con otras connotaciones. Así lo anunciaron la ministra de Cultura de Colombia, Mariana Garcés, el alcalde Jorge Iván Ospina y el secretario municipal de Cultura, Carlos Alberto Rojas. Como solo se cuenta con $400 millones para hacerlo, aportados por el Mincultura y el Municipio de Cali por partes iguales, el certamen tendrá cuatro días, del 17 al 20 de noviembre de 2011, se hará en ocho salas, en las cuales serán proyectadas unos 50 largometrajes.
“Cali tiene que tener festival de cine”, enfatizó la ministra Garcés. “No se puede concebir que carezca de uno, pues de esta ciudad surge la mayor parte de las propuestas cinematográficas que se hacen en el país”, añadió.
Para cumplir con esa obligación y porque “el Festival no lo teníamos totalmente financiado, nos tocó hacer reducciones y evoluciones en diferentes frentes, siempre pensando en lo culto y en lo popular”, explicó el alcalde Ospina.
Respecto del aporte del ministerio, Garcés dijo que los recursos de su dependencia los consiguió “haciendo milagros. Este Festival es prioritario y por eso se buscó fondos en la sección de Cinematografía, para que no muera y porque el estado debe facilitar los procesos culturales de las comunidades”.
Sobre el poco tiempo para organizarlo, Sofía Suárez, asistente de la dirección del certamen, explicó que por eso “se optó por reducir los días y las películas. Por fortuna, Luis Ospina había asistido al Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), donde hizo contactos y escogió ya unos filmes”, dijo.
Ella habló en nombre de este cineasta, quien seguirá como director artístico pero no asistió ayer al anuncio por encontrarse en el rodaje de nueva película y porque “no me avisaron con tiempo”.
Una de las novedades será el énfasis en el cine afro, aprovechando que este es el Año de la Afrodescendencia: “No queremos enfocarnos sólo en sus luchas, sino en todas las manifestaciones de esas comunidades y en la forma como son representadas en el cine”, añadió.
Sobre este enfoque, el Alcalde de Cali habló de la necesidad de estimular la cultura de masas, pues “me preocupa que llegáramos a tener un Festival de pocos, cuando podría ser de muchos”.
En cambio, “no habrá competencia, pues no hay tiempo para hacer la convocatoria, recoger material y seleccionarlo en cuatro meses. Este año será solo muestra”, explicó Sofía Suárez.
Para que en el futuro no vuelva a presentarse circunstancias similares, “al Festival hay que darle la institucionalidad que hoy no tiene, pues depende de recursos de la Alcaldía, pero no lo respalda un Acuerdo del Concejo. Hasta ahora ha funcionado por voluntad política”, dijo el secretario de Cultura.
El funcionario dijo que será formalizado un comité organizador, que ya funciona conformado por representantes del Municipio, del Ministerio de Cultura, de Proartes y de la Cámara de Comercio; por el cineasta Antonio Dorado y Juan Carlos Romero, de la Universidad Autónoma.
“Las universidades y el sector privado también deben vincularse” en la organización del certamen, añadió Rojas.
“El Festival es una marca que no ha sido explotada, de tal manera que lo haga sostenible”, consideró.
Al referirse a las voces de protesta surgidas con motivo de la cancelación del certamen, el alcalde Ospina habló de los cuestionamientos que se hacen a las decisiones sobre cultura: “Aquí todo lo queremos resolver desde la estigmatización del pensar distinto”, dijo.
Sin embargo, Mariana Garcés, quien dijo estar en desacuerdo con algunos planteamientos del mandatario local, remató: “Cali estaba en deuda con el país, pues la ciudad ha sido líder del cine”.
(Fuente)
“Cali tiene que tener festival de cine”, enfatizó la ministra Garcés. “No se puede concebir que carezca de uno, pues de esta ciudad surge la mayor parte de las propuestas cinematográficas que se hacen en el país”, añadió.
Para cumplir con esa obligación y porque “el Festival no lo teníamos totalmente financiado, nos tocó hacer reducciones y evoluciones en diferentes frentes, siempre pensando en lo culto y en lo popular”, explicó el alcalde Ospina.
Respecto del aporte del ministerio, Garcés dijo que los recursos de su dependencia los consiguió “haciendo milagros. Este Festival es prioritario y por eso se buscó fondos en la sección de Cinematografía, para que no muera y porque el estado debe facilitar los procesos culturales de las comunidades”.
Sobre el poco tiempo para organizarlo, Sofía Suárez, asistente de la dirección del certamen, explicó que por eso “se optó por reducir los días y las películas. Por fortuna, Luis Ospina había asistido al Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI), donde hizo contactos y escogió ya unos filmes”, dijo.
Ella habló en nombre de este cineasta, quien seguirá como director artístico pero no asistió ayer al anuncio por encontrarse en el rodaje de nueva película y porque “no me avisaron con tiempo”.
Una de las novedades será el énfasis en el cine afro, aprovechando que este es el Año de la Afrodescendencia: “No queremos enfocarnos sólo en sus luchas, sino en todas las manifestaciones de esas comunidades y en la forma como son representadas en el cine”, añadió.
Sobre este enfoque, el Alcalde de Cali habló de la necesidad de estimular la cultura de masas, pues “me preocupa que llegáramos a tener un Festival de pocos, cuando podría ser de muchos”.
En cambio, “no habrá competencia, pues no hay tiempo para hacer la convocatoria, recoger material y seleccionarlo en cuatro meses. Este año será solo muestra”, explicó Sofía Suárez.
Para que en el futuro no vuelva a presentarse circunstancias similares, “al Festival hay que darle la institucionalidad que hoy no tiene, pues depende de recursos de la Alcaldía, pero no lo respalda un Acuerdo del Concejo. Hasta ahora ha funcionado por voluntad política”, dijo el secretario de Cultura.
El funcionario dijo que será formalizado un comité organizador, que ya funciona conformado por representantes del Municipio, del Ministerio de Cultura, de Proartes y de la Cámara de Comercio; por el cineasta Antonio Dorado y Juan Carlos Romero, de la Universidad Autónoma.
“Las universidades y el sector privado también deben vincularse” en la organización del certamen, añadió Rojas.
“El Festival es una marca que no ha sido explotada, de tal manera que lo haga sostenible”, consideró.
Al referirse a las voces de protesta surgidas con motivo de la cancelación del certamen, el alcalde Ospina habló de los cuestionamientos que se hacen a las decisiones sobre cultura: “Aquí todo lo queremos resolver desde la estigmatización del pensar distinto”, dijo.
Sin embargo, Mariana Garcés, quien dijo estar en desacuerdo con algunos planteamientos del mandatario local, remató: “Cali estaba en deuda con el país, pues la ciudad ha sido líder del cine”.
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