Não Por Acaso nos presenta el debut en largometrajes del brasileño Philippe Barcinski, director con una amplia y reputada carrera en el cortometraje. Su propuesta es una interesante y dramática historia producida por Fernando Meirelles (Ciudad de dios).
La historia nos sitúa en Sao Paulo donde nuestros dos protagonistas viven sus vidas, independientes una de la otra, pero con un suceso en común en forma de accidente de coche, donde personas vitales en sus mundos particulares ven trágicamente truncada sus vidas.
Aquí es donde la historia tiene su punto más álgido e interesante, mientras vemos sus vidas en el día a día nos encontramos con Ĕnio (Leonardo Medeiros), un controlador de tráfico bastante aburrido de su monótono trabajo y que en su vida personal esta separado y su hija adolescente no sabia hasta hace poco tiempo de su existencia. Por otro lado tenemos a Pedro (Rodrigo Santoro), que junto a su novia Teresa (Branca Messina), deciden dar el paso de vivir juntos en el piso de él, a pesar de que ella vive en un apartamento mucho más grande y con más clase. Lo que lleva a la pareja a decidirse por el piso de Pedro ya que él tiene su trabajo en el mismo edificio. Pedro fabrica mesas de billar, negocio que heredo de su padre, y en su tiempo libre da clases y participa en torneos de billar, juego para el que tiene mucho talento y al que dedica mucho tiempo de estudio. Así que a pesar de que la madre de Teresa, Iolanda (Cássia Kiss) quiere evitar que su hija se mude de piso hasta que acabe su carrera, esta decide alquilárselo a Lúcia (Leticia Sabatella) una importante ejecutiva que no pasa por su mejor momento laboral.
La historia nos sitúa en Sao Paulo donde nuestros dos protagonistas viven sus vidas, independientes una de la otra, pero con un suceso en común en forma de accidente de coche, donde personas vitales en sus mundos particulares ven trágicamente truncada sus vidas.
Aquí es donde la historia tiene su punto más álgido e interesante, mientras vemos sus vidas en el día a día nos encontramos con Ĕnio (Leonardo Medeiros), un controlador de tráfico bastante aburrido de su monótono trabajo y que en su vida personal esta separado y su hija adolescente no sabia hasta hace poco tiempo de su existencia. Por otro lado tenemos a Pedro (Rodrigo Santoro), que junto a su novia Teresa (Branca Messina), deciden dar el paso de vivir juntos en el piso de él, a pesar de que ella vive en un apartamento mucho más grande y con más clase. Lo que lleva a la pareja a decidirse por el piso de Pedro ya que él tiene su trabajo en el mismo edificio. Pedro fabrica mesas de billar, negocio que heredo de su padre, y en su tiempo libre da clases y participa en torneos de billar, juego para el que tiene mucho talento y al que dedica mucho tiempo de estudio. Así que a pesar de que la madre de Teresa, Iolanda (Cássia Kiss) quiere evitar que su hija se mude de piso hasta que acabe su carrera, esta decide alquilárselo a Lúcia (Leticia Sabatella) una importante ejecutiva que no pasa por su mejor momento laboral.
Toda esta parte de la película, con la presentación de personajes hasta el trágico acontecimiento que marcara la vida de nuestros protagonistas, son los momentos mas elaborados, interesantes y emotivos de la cinta, con una secuencia sobre lo importantes y decisivos que pueden ser solo dos segundos en la vida de una persona. Absolutamente magistral y desgarradora.
.
A partir de aquí la historia sigue manteniendo un buen nivel e interés pero pierde un poco en fuerza y en la calidad global del conjunto.
El accidente crea un punto de inflexión en los personajes. Bia (Rita Batata), da definitivamente del paso para conocer a su padre y ello, aunque al principio le cuesta, hace que poco a poco, Ênio recupere las ganas de seguir adelante y vuelva, incluso, a recuperar la ilusión por su trabajo.
Mientras, Pedro, también intenta superar su perdida y aunque primero parece que los recuerdos no le dejen avanzar, finalmente gracias a Lúcia, consigue recuperar la ilusión del amor e intenta seguir con su vida.
Como decía, quizás esta parte es algo mas floja, sobre todo la historia de Pedro, mas por la confusa precipitación que parece tener el personaje, que por el desarrollo ante nosotros. Aunque eso si, tiene una escena “cafetera” final muy emotiva.
En conclusión, el debut de Barcinski, a pesar de una historia en la cual pierde un poco de fuerza en su segundo acto, finalmente deja un buen sabor de boca gracias a su principio y su desenlace, sumado a la extraordinaria interpretación de cada uno de los actores con un inspirado y contenido Rodrigo Santoro, muy alejado de la imagen metro-sexual de otras ocasiones (su Xerxes de 300 queda en nuestra memoria) y de un enorme Leonardo Medeiros, en el que es el gran descubrimiento para mi de la película, esta sublime.
Barcinski también se arriesga a contar una historia que rehuye de los tópicos del cine brasileño actual, mas enfocado a la critica social y a mostrar la pobreza de sus fabelas que a contar una simple, aunque muy emotiva historia de unas personas que son brasileñas pero que tranquilamente podrían ser españolas, chinas o de cualquier punto del planeta. Eso hace de este Não Por Acaso una experiencia muy interesante, que sin grandes pretensiones deja buena huella en nuestro interior, quizás por que nos podría pasar a cualquiera de nosotros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario