Hace unos meses tuvimos la gran oportunidad de hacerle una entrevista a Andi Baiz en la que, entre otros asuntos, aprovechamos para hablar de su ópera prima, Satanás, con la esperanza de que fuera estrenada en algún momento en nuestro país.
Afortunadamente, ese hecho se dio hace pocas fechas y, por supuesto, acudimos al cine a ver el resultado definitivo por nosotros mismos.
En su entrevista, Baiz nos comentó que su película estaba siendo un éxito que se debía a una buena producción, buena dirección y buenas actuaciones aunque nos comentaba, que según él mismo tenía algunos problemas de guión aunque quedó satisfecho con el resultado final.
Y, es que Satanás, es una buena película con momentos de notable cine, sin casi atisbos de ópera prima pero con una frescura característica de un debut lo que redunda en un mestizaje que le da una inusitada fuerza narrativa con un despliegue de talento en ciernes que augura un buen futuro a la industria colombiana encarnada en la nueva ola de directores que vienen pisando fuerte.
Satanás está bien actuada como afirma el director, desde el malogrado Blas Jaramillo en su papel de hombre de Dios atormentado entre sus devociones, una hacia su vocación y la otra hacia su ama de llaves en una situación en la que se confunden el amor y la lascivia sin que exista un término medio entre ambos deseos, hasta Marcela Mar, en su creíble actuación de una chica que pasa de trabajar en un mercado a seducir hombres para robarles el dinero compinchada con dos hombres, uno de ellos enamorado de ella siendo correspondido pero sin llegar a consumarse debido a los trágicos hechos que tienen lugar en una oscura noche imposible de olvidar que hará sacar lo más oscuro de ella, pasando por los secundarios, en su gran mayoría más que competentes demostrándonos un alto grado de realidad.
Para Damián Alcázar dedicaremos un capítulo aparte, la gran presencia de la película, sublime con su composición de ese hombre, antiguo veterano del ejercito y antiguo doctor, que se gana la vida siendo profesor de inglés para una chica de clase alta por la que se ve atraído, ese hombre que se verá atrapado por la soledad, por el desprecio a su opinión y que hará crecer en él la semilla del rencor y la necesidad de librarse de los, a su juicio, no merecedores de vivir ni un minuto más en una sociedad plena de egoísmos y la imposibilidad de establecer vínculos afectivos sin esperar nada a cambio.
Una de las grandes virtudes de la película es ese nudo en la garganta que te produce debido a su esplendida recreación de unos sucesos que, desgraciadamente, son tan reales que pueden suceder y, de hecho, han sucedido lo que te hace sufrir una sensación de desapego hacia la película pero que no debe confundir, esa gran recreación de la realidad por mucho que duela es autentico cine en estado puro.
Afortunadamente, ese hecho se dio hace pocas fechas y, por supuesto, acudimos al cine a ver el resultado definitivo por nosotros mismos.
En su entrevista, Baiz nos comentó que su película estaba siendo un éxito que se debía a una buena producción, buena dirección y buenas actuaciones aunque nos comentaba, que según él mismo tenía algunos problemas de guión aunque quedó satisfecho con el resultado final.
Y, es que Satanás, es una buena película con momentos de notable cine, sin casi atisbos de ópera prima pero con una frescura característica de un debut lo que redunda en un mestizaje que le da una inusitada fuerza narrativa con un despliegue de talento en ciernes que augura un buen futuro a la industria colombiana encarnada en la nueva ola de directores que vienen pisando fuerte.
Satanás está bien actuada como afirma el director, desde el malogrado Blas Jaramillo en su papel de hombre de Dios atormentado entre sus devociones, una hacia su vocación y la otra hacia su ama de llaves en una situación en la que se confunden el amor y la lascivia sin que exista un término medio entre ambos deseos, hasta Marcela Mar, en su creíble actuación de una chica que pasa de trabajar en un mercado a seducir hombres para robarles el dinero compinchada con dos hombres, uno de ellos enamorado de ella siendo correspondido pero sin llegar a consumarse debido a los trágicos hechos que tienen lugar en una oscura noche imposible de olvidar que hará sacar lo más oscuro de ella, pasando por los secundarios, en su gran mayoría más que competentes demostrándonos un alto grado de realidad.
Para Damián Alcázar dedicaremos un capítulo aparte, la gran presencia de la película, sublime con su composición de ese hombre, antiguo veterano del ejercito y antiguo doctor, que se gana la vida siendo profesor de inglés para una chica de clase alta por la que se ve atraído, ese hombre que se verá atrapado por la soledad, por el desprecio a su opinión y que hará crecer en él la semilla del rencor y la necesidad de librarse de los, a su juicio, no merecedores de vivir ni un minuto más en una sociedad plena de egoísmos y la imposibilidad de establecer vínculos afectivos sin esperar nada a cambio.
Una de las grandes virtudes de la película es ese nudo en la garganta que te produce debido a su esplendida recreación de unos sucesos que, desgraciadamente, son tan reales que pueden suceder y, de hecho, han sucedido lo que te hace sufrir una sensación de desapego hacia la película pero que no debe confundir, esa gran recreación de la realidad por mucho que duela es autentico cine en estado puro.
(Texto: John)
No hay comentarios:
Publicar un comentario