domingo, 17 de noviembre de 2013

Crónica 28 Festival Internacional de Mar del Plata - Día 1

Pues aquí estamos, en la localidad costera y vacacional argentina de Mar del Plata, donde se celebra uno de los festivales de cine de la más alta categoría, los conocidos como A. En esta mi primera incursión como acreditado en uno de ellos, me he tomado un paréntesis en mi vuelta al mundo, iniciada hace poco más de dos semanas, para ver y hablar de cine. Y aunque la temperatura no es que sea paradisíaca, ya que alterna el calor con el frio, lo importante son las películas y el ambiente de festival que se respira.

Llegado ayer por la tarde y tras recoger la acreditación, a cuadrar los pases de prensa y las dos invitaciones diarias. En algunas cosas me recordó a Sitges y su pequeño caos, aunque a un nivel superior. Hay muchas sedes y una cantidad de películas muy grande, 250, entre secciones a competición, paralelas, retrospectivas, etc... Tocaba comer alguna cosita aunque fuera poco y acercarse a la primera película. Ayer tocaron solo dos, la venezolana (con participación española), Bolívar, el hombre de las dificultades, y la japonesa R100.
 

Simón Bolívar es un personaje sin duda fascinante, claro está. El llamado libertador por los pueblos hispano-americanos tuvo una historia que ha sido llevada al cine y a otras representaciones culturales dada su importancia en la historia, tanto de dichos pueblos como la española. De hecho, en breve llegará otra película más ambiciosa, y protagonizada por Edgar Ramírez en el papel. La intención de los creadores de la película ha sido mostrar al Bolívar más humano, más real, alejado de su papel de mito, pero las intenciones no siempre obtienen buenos resultados. La película carece de alma, su factura es de telefilm, y algunas interpretaciones no pasan del cliché o incluso de la inexpresividad más pasmosa. Intentar humanizar al personaje de Bolívar mediante la conversión a un Casanova que se liga a cualquier fémina que aparezca en pantalla y a veces parece guiarse más por la calentura que por la revolución no creo que ayude al retrato que pretenden hacer del personaje, ignorando si era incapaz el real de tener los pantalones subidos el mayor tiempo posible. Cuando uno ve una película seria, que puede tener sus atisbos de comedia, por supuesto, y le recuerda en ocasiones a un episodio de La hora de José Mota, la cosa no puede ir muy bien.

Nota: 3/10
 

 Tras la primera en la frente, a cenar ahora si de verdad y a esperar que llegara la madrugada y ver la última locura de Hitsohi Matsumoto, y sí, es una locura de principio a fin. Inclasificable, delirante y loca, mi primera aproximación al universo del japonés ha sido toda una experiencia. Realmente no la puedo catalogar como una mala película pero al reverso tampoco como buena, a pesar de sus dos o tres genialidades, como las partes de los productores mientras están viendo la película del director de 100 años, esos descansos en los que no dan crédito a lo que están viendo. Un reflejo de la mirada del espectador, atónito ante ese desvarío de dominatrices que van pasando por pantalla y humillando al protagonista, un pazguato que para qué, de las más diferentes maneras, hasta llegar a ese clímax tan extraño y pasado de vueltas, acorde eso sí, con el resto de la película, no nos vayamos a creer.

Nota: 5/10

2 comentarios:

David Amorós dijo...

La de Matsumoto me interesa mucho, pero si no has visto ninguna no me las puedes comparar porque alguna me gusta bastante y otras poco. El Scabbard Samurai es mi favorita. Un tío raro, raro. Queda anotada. Y por supuesto Bolívar descartada. Pásalo en grande.

Un abrazo.

John Prskalo dijo...

Sí, al menos R100 es rara de narices. Y Bolivar mejor esperar a la de Edgar Ramirez.

Un abrazo muy fuerte.