viernes, 4 de marzo de 2011

La crítica de Gonzalo: Post Mortem

por Gonzalo Restrepo Sánchez


Los títulos de los films son de las cosas más cuidadosas que se debe tener en cuenta a la hora de ser llevados al público. En esta oportunidad la película chilena “Post Mortem”, es un buen ejemplo de ello.

Pero, ¿qué es post mortem? “Es un procedimiento médico que utiliza la disección, a fin de conseguir información anatómica sobre la causa, naturaleza, extensión y complicaciones de la enfermedad que sufrió en vida el sujeto autopsiado, y que permite formular un diagnóstico médico final o definitivo para dar una explicación de las observaciones”.

Aunque existen muchas películas respecto al golpe de estado en Chile (recuerdo por ejemplo “Llueve sobre Santiago”, de Helvio Soto), el reciente film del cineasta chileno Pablo Larraín (“La fuga”, “Tony Manero”) trae la vida insignificante en apariencia de Mario Cornejo (excelente caracterización de Alfredo Castro), para diseccionar —recordemos, ahora sí, el titulo del film—, a través de este funcionario público: ¿La vida opaca de un régimen y los días previos al golpe de estado en Chile en1973? —que entre otras cosas sólo se rememora en la cinta a través de la elipsis—.



Con base en la anterior formulación, si las dos primeras partes de la trama que transcurren precisando o enfatizando el amor de Mario por una bailarina (Antonia Zegers) con escenas innecesarias: ¡No! Pero, en la última media hora, el film toma un aliento de crudeza y templanza, que plantea una vez más las venas abiertas en Chile, sobre un episodio que la historia de América Latina se resigna a olvidar.

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