La semana pasada, como ya anunciamos en este blog, tuvo lugar el Off Cinemart, un nuevo festival de cine que en primavera vivirá su primera edición pero que de momento nos dejo 4 días de presentación en la que se pudieron ver interesantes películas. En cine Latino pudimos asistir a dos pases, el de la mexicana Somos lo que hay y de la japonesa Tokyo Sonata, de la cual en los próximos días podremos leer una interesante crítica en nuestro otro blog Cine Asiático. Lastimosamente una inoportuna gripe nos alejo del resto de propuestas, pero ahora os queremos hacer llegar nuestra impresión de la película latinoamericana.
Vista en el pasado Festival de Sitges, Somos lo que hay, la ópera prima del director mexicano Jorge Michel Grau es una película sobre el canibalismo, pero quien espere una película llena de sangre y violencia se llevará una decepción. ¿Con esto queremos decir que la película de Grau es decepcionante? Nada mas lejos de la realidad, Somos lo que hay es un muy buen debut para un joven director a seguir.
La película comienza con la muerte envenenado del patriarca de la familia, a partir de entonces y a pesar de muchas dudas, su hijo mayor (Francisco Barreiro), con la ayuda de su hermano más joven y explosivo (el malogrado Alan Chávez) y de una hermana fría y calculadora (Paulina Gaitan), tendrán que seguir junto a su madre (Carmen Beato) los ritos caníbales que comenzaron hace tiempo. Así que Alfredo, como el mayor y nuevo líder tiene que salir a la calle para conseguir comida.
La película comienza con la muerte envenenado del patriarca de la familia, a partir de entonces y a pesar de muchas dudas, su hijo mayor (Francisco Barreiro), con la ayuda de su hermano más joven y explosivo (el malogrado Alan Chávez) y de una hermana fría y calculadora (Paulina Gaitan), tendrán que seguir junto a su madre (Carmen Beato) los ritos caníbales que comenzaron hace tiempo. Así que Alfredo, como el mayor y nuevo líder tiene que salir a la calle para conseguir comida.
La película podría ser dividida en dos partes, la primera en la que vemos la reacción de la familia a la muerte del patriarca, con las consecuentes dudas a la hora de cómo avanzar con sus “aficiones” y una segunda en la que empieza la caza para poder llevar a cabo el ritual, una parte mucho más dinámica y oscura.
Jorge Michel Grau tiene un talento visual innato, con la ayuda de una excelente fotografía y un notable diseño de producción, nos acerca un mundo tenebroso a la vez que fascinante, con un apartado visual de altísimo nivel, y más viniendo de una ópera prima, y un reparto a la altura de lo exigido.
En definitiva, un más que prometedor debut tras las cámaras de Grau, que con una sola película ha conseguido crear unas altas expectativas para ver como sigue evolucionando su carrera. Esperemos que lo que nos ha mostrado sea solo el primer paso de una fructífera y talentosa carrera cinematográfica.
Nota: 7,5
Jorge Michel Grau tiene un talento visual innato, con la ayuda de una excelente fotografía y un notable diseño de producción, nos acerca un mundo tenebroso a la vez que fascinante, con un apartado visual de altísimo nivel, y más viniendo de una ópera prima, y un reparto a la altura de lo exigido.
En definitiva, un más que prometedor debut tras las cámaras de Grau, que con una sola película ha conseguido crear unas altas expectativas para ver como sigue evolucionando su carrera. Esperemos que lo que nos ha mostrado sea solo el primer paso de una fructífera y talentosa carrera cinematográfica.
Nota: 7,5
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