miércoles, 14 de diciembre de 2011

Adiós a Alberto de Mendoza, un actor de mundo


Quizás no todas las generaciones sepan de su voz, su elegancia, su porte recio, pero para la mayoría, seguramente Alberto de Mendoza será siempre "El Rafa", aquel personaje que lo inmortalizó en la tevé.

Está claro que su vida fue mucho más que aquel ciclo de la pantalla chica. El actor, que murió el lunes a los 88 años, en Madrid, por una insuficiencia respiratoria por la que estaba internado en la Clínica de la Luz, cargó 200 películas sobre sus hombros, y cosechó premios en todo el mundo. De Mendoza también fue condecorado en Estados Unidos por su protagónico en el programa televisivo "El oriental" , como Mejor Actor de Habla Hispana en TV de la Asociación de Críticos de Nueva York.

Pero su vida no fue siempre la gloria y el aplauso. "La vida", como dijo ayer su nieto, "le dio unas cuantas cachetadas".

Alberto Manuel Rodríguez Gallego González de Mendoza nació en el barrio de Belgrano de Buenos Aires, el 21 de enero de 1923. De padres españoles, quedó huérfano a los cinco años. A esa edad, "lo mandaron a vivir" a Madrid, donde permaneció hasta que otra tragedia lo regresó a la Argentina. "Yo tenía 14 años cuando mi abuela murió por los bombardeos de esa guerra ridícula, la Guerra Civil Española. Fui repatriado a la Argentina y volví en barco".

El actor se subió a un buque, el Tucumán, que lo devolvió al Río de la Plata junto a un grupo de refugiados cansados de tanta guerra. Entre ellos viajaba Carlos Cajaravilla, un actor y bailarín uruguayo. "Yo lo observaba cómo ensayaba, cómo zapateaba. Y ahí me entró el bichito. Comencé como bailarín y a partir de ahí, mi vida se fue dando arriba de los escenarios", contó alguna vez el actor.

"Me las rebuscaba como podía. Laburé en un cabaret que se llamaba El Avión, sobre la avenida Paseo Colón. Por un sándwich de mortadela y diez pesos bailaba boogey boogey... Después fui a aprender baile en serio y en 1943 fui comparsa en el Colón. Era apenas un buen partenaire, porque tenía fuerza, así que opté por meterme en el teatro", recordó.

Su porte, lo convirtió en un galán. "De joven era flaco, tenía pelo, era versero como buen hijo de andaluz, conocía la calle. Si vos medís 1,82 y sos flaco, es más fácil ser ganador, aunque son siempre las minas las que eligen. De mí, han abusado muchas mujeres. Me traigo la frase de Gassman, un maestro y amigo: Cuando uno ha llegado a conocer la vida y todo su misterio, viene la muerte. Y tenía razón: cuando llegás a conocer al mujerío y ya no metés la pata, resulta que estás viejo", dijo en una entrevista.

El actor fue pionero entre los argentinos que triunfaron en las tablas españolas. De Mendoza despuntó en los años sesenta como uno de los grandes galanes del cine español, con Carmen Sevilla o Sarita Montiel como compañeras de romances de la ficción.

Su debut cinematográfico fue en 1939 como parte del elenco de "Y mañana serán hombres", de Carlos Borcosque, apenas el puntapié inicial de un tránsito plagado de obras y reconocimientos.

"Filomena Marturano", "El jefe" y "El infierno tan temido", "Pasó en mi barrio", "La dulce enemiga", "Don Juan Tenorio", "Primero yo", "María y la otra", "Noches sin lunas ni soles", "El secreto de Mónica", "Los desesperados", "Lola Mora" y "Cleopatra", forman parte de esa galería. Sobre tablas brilló en piezas como "Panorama desde el puente", "Filomena Marturano" (donde retomó junto a Tita Merello una historia que también brilló en cine en 1950 bajo la dirección de Luis Mottura), "Don Fausto", "Un tranvía llamado deseo", "Engañemos a mi mujer", y "Las últimas lunas". En televisión, en tanto, su impronta quedó marcada en ciclos como "Yo y un millón", "Tiempo cumplido", "El pulpo", "Hombres de honor" y la saga de "Alta comedia" que encabezó en 1993.

Este año, el actor aceptó despedirse con "La mala verdad" encarnando de manera notable a Ernesto, el mandamás de un núcleo familiar que completan su hija Laura y su nieta de 10 años Bárbara, niña cuyas conductas escolares ponen en alerta a la psicóloga del colegio.

El año pasado fue galardonado con el Martín Fierro de honor por los 30 años de su exitosa serie "El Rafa", donde interpretó a Rafael Minelli, un canillita que tenía una tormentosa relación con su hijo el Cholo (Carlos Calvo).

Una de sus más recientes participaciones en la televisión fue "Hombres de Honor". Y aún tenía planes. De Mendoza, que compartió cartel con Alberto Closas, Jack Palance, Irene Papas y Peter Cushing, iba a rodar una serie de 13 capítulos para la televisión este verano y esperaba estrenar "Las brujas de Salem" en los escenarios bonaerenses.

De Mendoza descubrió su pasión temprano y pese a los embates que sufrió le sacó brillo hasta el final.


(Fuente)

1 comentario:

David dijo...

Hola. Que triste noticia. Cómo olvidar su personaje "El rafa", un actorazo. Me saqué una foto con él en alguno de los hoteles en mendoza, no recuerdo cuál exactamente.