jueves, 7 de octubre de 2010

Crítica: Carancho

Carancho trata sobre los accidentes de circulación y los abogados que se aprovechan de dichos accidentes, escondiéndose tras la fachada de defender los intereses de sus clientes, para engañarles y robarles la mayor parte de la indemnización que recibirán del seguro. Incluso son capaces de “provocar” accidentes para estafar a las aseguradoras. Pero todas estas estafas pueden tener efectos secundarios y esto es lo que nos cuenta el director argentino Pablo Trapero en Carancho, que es el apodo que se les pone a estos abogados.

De ritmo pausado, la película usa esta particularidad para mostrarnos la relación de Sosa (Ricardo Darín) con Luján (Martina Gusman) una nueva médica que reparte su tiempo entre las urgencias de un hospital de Buenos Aires y las salidas con la ambulancia para recoger a los heridos. A través de su compañero de trabajo Tino, conoce a Sosa con el que comienza una relación sentimental no falta de obstáculos por el trabajo y la mentalidad de él.

Trapero rueda la película con sobriedad, con varios estilos visuales distintos, por ejemplo al principio de la película juega mucho con los primeros planos y mucho movimiento, en otros momentos apuesta por los planos generales y largos y en otra parte de la cinta por la cámara en mano y planos secuencia. Esta variación visual se debe a la evolución del personaje de Sosa, con sus altibajos sentimentales y laborales, usando cada estilo para potenciar más esos sentimientos.

Rodada casi en su totalidad por la noche y apoyada por una gran fotografía de Julián Apezteguia, Carancho es una crítica muy dura a un sistema de corrupción en el que se ven involucrados los abogados que se aprovechan de los accidentes de los demás, pero también de los servicios hospitalarios que pactan con estos a cambio de unos buenos beneficios.

La parte interpretativa de la película esta llevada con gran solvencia por Ricardo Darín, con un personaje lleno de matices y con el que no sabes si posicionarte a favor o en contra ya que Darín consigue hacer de Sosa un hombre de gran ambigüedad y del que no sabes que pensar sobre su finalidad en la película, ¿de verdad quiere cambiar o sólo es un truco para llevarse a la chica?. Y a parte del enorme trabajo de Ricardo, también destacar el gran papel de Martina Gusman, que con tan solo tres películas (dirigidas todas ellas por Pablo Trapero) se ha ganado el respeto de crítica y público.

LO MEJOR: La pareja formada por Darín-Gusman y toda la parte final de la película.

LO PEOR: Quizás demasiada frialdad en algunos momentos.

NOTA: 7

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