jueves, 7 de octubre de 2010

Crónica del Festival de Cine Fantástico de Sitges 2010 - Día 1


Foto: Cine Latino/Cine Asiático

Hoy, jueves 7 de octubre, ha comenzado la 43 edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges, y Cine Latino la cubrirá puntualmente. Con especial énfasis, lógicamente, en el cine latinoamericano, pero sin dejar de lado ninguna propuesta sea del continente que sea, y con, también, especial interés en el cine asiático por medio de nuestro otro blog sobre el cine oriental. A partir de hoy ofreceremos una crónica diaria sobre nuestras impresiones sobre el Festival, películas, entrevistas, etc... Sin más dilación, entramos en materia:


Foto: Cine Latino/Cine Asiático

El primer día ha sido un día tranquilo, buen clima otoñal, aún poca gente en Sitges y las salas medio vacías (o medio llenas) en las tres sesiones a las qué he acudido. Pero mejor vamos a narrar los hechos de manera cronológica:

Esta mañana no teníamos pensado acudir a ninguna proyección hasta las 12 para ver la taiwanesa Monga, seleccionada por su academia para representarla en los Oscar del próximo año. Pero los problemas con el tren han sido constantes, primero las máquinas expendedoras no funcionaban, después el taquillero no sabía cobrar con tarjeta, lo qué ha hecho escaparse el primer tren y, por último, los retrasos de los propios trenes han hecho que llegar a Sitges fuera una pequeña odisea. Una vez allí recoger la acreditación en el Hotel Meliá ha sido algo rápido dada la eficiencia del personal, y eso qué delante había muchas personas, lo qué ha hecho intentar llegar a la proyección de Monga en el Retiro... misión imposible. Pero, no hay problema, a las 12:30 comenzaba la proyección de Chatroom, de Hideo Nakata, en el Prado y allí me dirigí.



Dirigida por Hideo Nakata, quién puso de moda en occidente el terror japonés con la archifamosa The Ring, Chatroom ha sido una agradable sorpresa dado qué no esperaba mucho de ella, no sé porqué. Con un estilo cercano a la también notable Ben X, producción belga de hace un par de años, ésta incursión de Nakata en el cine europeo, concretamente en el británico, significa una buena entrada en el mismo.
Para ver una reseña más completa de Chatroom, clickad aquí.



Después de Chatroom era necesaria una pausa para comer, en esta ocasión la elegida fue una hamburguesería de una gran cadena (a la qué no vamos a dar publicidad) en los más o menos 40 minutos que quedaban para la proyección de la siguiente película, la francesa Captifs, primer largo de Yann Gozlan. Captifs sigue la linea de las recientes propuestas francesas como Martyrs, À l'intérieur, Frontier (s) o Ils (Ellos), pero sin llegar a mostrarse tan extrema como la mayoría de aquellas propuestas. Captifs comienza con un pequeño prólogo y dos niñas, una de las cuales es asesinada por un perro rabioso y la otra acaba escondida en un coche. Veinte años después, la niña superviviente es una doctora cooperante en los Balcanes en su último día, quién toma la carretera junto a otros dos compañeros médicos con destino a Francia. Pero de camino son desviados y acaban secuestrados por alguien siniestro, a partir de entonces todo se tornará una pesadilla.
Está claro qué después de todas estas propuestas es difícil sorprender, más bien todo se reduce a aportar una pequeña novedad en las motivaciones de los secuestradores y a seguir un patrón establecido dentro de este pequeño sub-genero en boga en los últimos años en el país vecino. Eso es lo qué sucede con Captifs, no innova, no da nada nuevo pero al mismo tiempo tampoco hace pensar qué es algo ya visto, te dejas llevar por la historia y por las sólidas interpretaciones de sus actores... y no olvidemos qué una película así siempre se disfruta más en un Festival como el de Sitges.



Una vez terminada la película quedaban 20 minutos para la última propuesta del día de hoy para quién esto escribe, la serbia The Life and Death of a Porno Gang (Zivot i smrt porno bande), sobre un joven aspirante a director de cine, que acaba primero en el porno y después en las snuff movies. La película, no decidida a tirar por ningún camino; ni la situación actual del país ni las circunstancias que rodearon la guerra en la que estuvo inmerso, todo ello tocado de forma tangencial cuando al director le parece sin atender a los tempos narrativos de la trama, ni por el espectáculo propiamente dicho, convierte a la película en vodevil absurdo, con situaciones grotescas que no sirven ni como metáforas ni como escenas impactantes, aunque lo sean, por otro lado. Si lo qué deseaba el director era no dejar indiferente a fe qué lo ha conseguido, a base de hilvanar una trama aburrida y carente de interés y llenarla de desnudos, escenas insertadas de penetraciones y felaciones entre otras lindezas, incluida una felación de uno de los miembros del grupo a ¡un caballo!. Quizá es eso lo que esperaba el director con la película, provocar. Desde luego a mi me ha provocado... sopor.

Y después de la proyección el tren y a casa. Mañana más crónica desde Sitges con el segundo día, esperemos qué con más películas.

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